Diario de sueños

Era parte de la organización de un gran evento, era una especie de exposición en la que habia un gran edificio con pequeños espacios parecidos a capillas cerradas con puertas automaticas.
Dentro, se podían ver otros lugares, iglesias, monumentos de todo el mundo, era algo similar a transportadores a otros lugares.
Compruebo la entrada de cada recinto, algunos me inquietan y solo echo un vistazo rapido para asegurarme que todo esta en orden.
Alguien al otro lado del edificio grita
-Las puertas se han cerrado y hay personas atrapadas dentro!
El sistema de seguridad salta y todas las puertas se cierran a la vez. Entonces se desata el pánico, todo el mundo grita y corre de un lado a otro.
Les digo «solo hay que volver a pulsar el botón y todo el mundo podrá salir»  pero nadie parece escucharme.
Salgo de alli, cerca de el edificio hay un centro comercial con una enorme galeria acristalada donde entro.  Hay muchas personas tiradas en el suelo y un hombre de rodillas que me apunta con una pistola
Me grita
-No te muevas, no te muevas o te pego un tiro
Pero yo le miro a los ojos y sé que no. No puede dispararme. No tiene  los huevos necesarios para mirarme y apretar el gatillo.
No tengo alma de heroe, ni intencion de salvar a nadie. La gente sigue en el suelo y yo me levanto despacio y comienzo a caminar hacia la salida.
El cañon de la automatica sigue cada uno de mis movimientos pero la mano que la sujeta tiembla de tension y de rabia.
Sonrío
Lo sabia. Sabia que no seria capaz.