Los caminos del viento

Palabras de agradecimiento de Eduardo Galeano, al recibir el Premio Stig Dagerman, en Suecia, el 12 de septiembre 2010

Querido Stig:

Ojalá seamos dignos de tu desesperada esperanza.

Ojalá podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar juntos, porque de nada sirve un diente fuera de la boca, ni un dedo fuera de la mano.

Ojalá podamos ser desobedientes, cada vez que recibimos órdenes que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común.

Ojalá podamos merecer que nos llamen locos, como han sido llamadas locas las Madres de Plaza de Mayo, por cometer la locura de negarnos a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.

Ojalá podamos ser tan porfiados para seguir creyendo, contra toda evidencia, que la condición humana vale la pena, porque hemos sido mal hechos, pero no estamos terminados.

Ojalá podamos ser capaces de seguir caminando los caminos del viento, a pesar de las caídas y las traiciones y las derrotas, porque la historia continúa, más allá de nosotros, y cuando ella dice adiós, está diciendo: hasta luego.

Ojalá podamos mantener viva la certeza de que es posible ser compatriota y contemporáneo de todo aquel que viva animado por la voluntad de justicia y la  voluntad de belleza, nazca donde nazca y viva cuando viva, porque no tienen fronteras los mapas del alma ni del tiempo.

Diario de sueños

Soñé que se me caian los dientes. Primero el colmillo izquierdo y despues las muelas todas en un bloque. Intentaba volver a colocarlas pero no funcionaba y se me volvian a caer una y otra vez, y en el sueño pense que quizas tendria que ir al dentista a que arreglara todo ese desaguisado.

Después soñe que estaba en el metro, en una estacion pero que todos los tuneles se habian inundado y que no habia otra manera de ir de un lado a otro que nadar. El agua estaba tranquila no parecia haber peligro. Ademas solo tenia que ir dos estaciones mas alla, pero habia un problema, alguien me acompañaba y aparentemente ellos no iban a poder lograrlo. No queria irme de alli, como voy a marcharme yo y dejarles a ellos alli?

Y sobre todo, quienes son ellos?

La puerta abierta

Se puede entrar y se puede salir nadie esta obligado a quedarse.

Cuando estais conmigo es dia de fiesta y me entristece ver como algunos deciden no volver, pero son libres de elegir, todos somos libres de elegir lo que queremos en nuestras vidas.

Las puertas se abren y se cierran, se cruzan y algunas giran llevándonos una y otra vez a sitios ya visitados.
Algo tendremos que aprender si es que ese camino se vuelve a recorrer, algo quedó pendiente y tenemos una oportunidad para rectificar, personas, lugares, situaciones, diferentes pero iguales en esencia.

Todavía me quedan muchas puertas, daré vueltas y vueltas  en muchas de ellas, nadie como uno mismo para conocer sus cuentas pendientes.

Mi puerta para ti siempre estará abierta

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«Cuatro principios fundamentales, grabados a fuego desde la más tierna infancia, sostuvieron mi formación de señorita: siéntese con las piernas juntas, camine derecha, no opine, y coma como la gente. Todos los esfuerzos de mi madre, sin embargo, no fueron suficientes para hacer de mi una dama, simplemente carecía de materia prima.

Mi familia no se ha repuesto de la decepción. A los 17 años, cuando descubrí que abrir las piernas era mucho más interesante que cerrarlas, me dediqué a violar uno a uno los preceptos de mi educación y ahora, después de medio siglo de vida bien vivida, comprendo que el único precepto que realmente me ha servido es caminar derecha, y no lo digo en un sentido metafórico, para una mujer de metro cincuenta de altura, una postura erguida y la cabeza en alto es parte de la estrategia de sobrevivencia. Si ando agachada, me pisan. »

Afrodita. Isabel Allende

 Cabeza alta, espalda erguida y pecho fuera. Para pisarme ya va a hacer falta una bota muy muy alta.

 

Diario de sueños

Soñe que tenia una niña pequeñita, estaba feliz riendose y jugando conmigo, pero la niña no es mia la tengo escondida porque la he robado, sé que tengo que devolverla pero tambien que su madre no se hacia cargo de ella y que conmigo iba a estar sana y querida.
Mientras pienso que puedo hacer para salir de semejante embrollo, elijo ropita para ella.

Ahora vivo en una casa en el campo, es una especie de granja no hablo castellano sino frances. Ha llegado un hombre con su hijo, un niño de unos cinco años, me mira y me sonrie y yo le sonrio.
Se me suben los colores y sigo caminando con mi cesta, llevo unas botas de goma altas porque hay algo de barro en el camino.
Su niño se resbala y se cae poniendose perdido y yo me acerco a ayudarle a levantarse y limpiarse los pantalones. El hombre me vuelve a sonreir y me doy cuenta de que tiene unos ojos oscuros preciosos y que esta muy cerca, apenas unos centimetros.
Le sonrio y le beso.