Poesia para la supervivencia (o no)

La culpa es de uno   Mario Benedetti

Quizá fue una hecatombe de esperanzas

un derrumbe de algún modo previsto

ah pero mi tristeza solo tuvo un sentido

todas mis intuiciones se asomaron

para verme sufrir

y por cierto me vieron

hasta aquí había hecho y rehecho

mis trayectos contigo

hasta aquí había apostado

a inventar la verdad

pero vos encontraste la manera

una manera tierna

y a la vez implacable

de desahuciar mi amor

con un solo pronostico lo quitaste

de los suburbios de tu vida posible

lo envolviste en nostalgias

lo cargaste por cuadras y cuadras

y despacito

sin que el aire nocturno lo advirtiera

ahí nomás lo dejaste

a solas con su suerte

que no es mucha

creo que tenés razón

la culpa es de uno cuando no enamora

y no de los pretextos

ni del tiempo

hace mucho muchísimo

que yo no me enfrentaba

como anoche al espejo

y fue implacable como vos

mas no fue tierno

ahora estoy solo

francamente

solo

siempre cuesta un poquito

empezar a sentirse desgraciado

antes de regresar

a mis lóbregos cuarteles de invierno

con los ojos bien secos

por si acaso

miro como te vas adentrando en la niebla

y empiezo a recordarte.

Diario de sueños

Me traen un bebé y me lo ponen en los brazos.
-Cógelo, es tu hijo.
Es un niño precioso, con muy poco pelo, fino y rubio, y los ojos grandes.
No recuerdo el parto, ni haber estado embarazada, y me pregunto como me he podido meter yo en semejante lío, cómo me han conseguido convencer de tener un niño.
Quiero sacarlo a la calle así que se lo doy a mi madre y busco en el armario una manta de lana para envolverlo para que no tenga frío.
Cojo al niño, un bocadillo de chorizo y los meto a los dos en el bolso.
Ahora es tan pequeño que parece un muñeco minúsculo mirándome desde el fondo. Salgo a la calle a dar un paseo, estoy preocupada porque el niño ni llora ni se queja y no recuerdo cuando le he dado de comer pero no parece pasarle nada malo, sigue allí con su carita feliz.
Mientras caminamos le digo a mi compañero que igual deberíamos contarle a su madre que hemos tenido un hijo.
Pienso en lo contenta que se pondrá, la ilusión que va a hacer y de pronto siento toda la tristeza que eso mismo a mi me produce.

Extraños en un tren

Hace un año que un desconocido me mira en el metro.

No digo me mira en el sentido, cuando entro me mira me reconoce como un habitual del vagón, me refiero a que me mira intensa y casi continuamente durante un trayecto de 10 paradas.
Al principio creia que le caia mal porque cuando entraba no solo me clavaba la mirada, sino que no paraba de murmurar entonces decidí revisar toda mi vida pasada buscando un lugar comun por minimo que fuera y entender que le pasaba conmigo, pero no hubo suerte, no nos conocemos.

Después tuve una temporada en la que comprobaba mil veces si llevaba la bragueta bajada, la cara sucia, la coleta ladeada o legañas, no me parecia normal aquella actitud en un completo extraño.
Y un dia dejó de murmurar. Siguió mirando, pero en silencio.

Mi siguiente estrategia fue ignorarle, obviar el hecho incómodo de ser observada y no me fué mal pero las cosas seguían igual así que hace unos dias al entrar y verle sentado siguiéndome con la mirada cómo entraba y cómo caminaba por el vagón quise probar algo nuevo.
Le miré directa y fijamente a los ojos a la distancia de un cuerpo y le dediqué la mejor y mas radiante sonrisa que era capaz de poner a las 8 de la mañana.

Ahora, hay un desconocido en el metro que me saluda, cuando yo entro y cuando él se va.

Diario de sueños

Soñé que esperaba el autobús una tarde de sol, caminaba por la acera desierta haciendo tiempo, las tiendas estaban cerradas y la calle silenciosa.
Recorría unos pocos metros y volvía sobre mis pasos. La espera se hacia larga, ni siquiera sabía a ciencia cierta cuanto tiempo había estado allí.
Poco a poco la ciudad comenzaba a recuperar su pulso, algunas persianas se abrían aquí y allá y empezaban a aparecer personas apresuradas que se dirigían a su trabajo.
Yo seguía allí, esperando, con miedo de marcharme por si llegaba y con miedo de quedarme clavada para siempre en una parada vacía.

Entonces se me acerca una señora y me pregunta
– Esperas al autobús?
La contesto que si y me dice
– No esperes mas, hija. No va a venir, hace mucho que esta linea no tiene servicio.

Le doy las gracias y comienzo a caminar, veo otros autobuses que pasan por una plaza cercana, otras lineas de color rojo, no son la mía.
Me doy cuenta de que es muy tarde, que mi padre debe haber vuelto de trabajar y estará preocupado por mi.
Busco un taxi, tengo que llegar a casa.

Luna

La Luna  Jaime Sabines

La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.

Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas.

Puedo nº1

Puedo hablar delante de un grupo de personas (aunque me sigue aterrorizando) y al final no fué tan terrible como pensaba….

*ok clase! ahora quiero que todos os levanteis de uno en uno y compartais el momento mas horrible de toda vuestra vida! Quien quiere ser el primero?

Ser sin ser

Ser sin ser   Jorge Carrol

‘Entonces descendió a su memoria, que le pareció interminable.’
Jorge Luis Borges.

1
Amanezco con las campanadas que los zanates dejan en mi ventana.

2
Dejo en la almohada El Ayer y en el baño todos mis fracasos.

3
Mis dientes abandonan el vino de los sueños.

4
El desarraigo habita mis ausencias.

5
Mi desarraigo perfuma mis exilios.

6
El Exilio hace crecer las morriñas de La Soledad.

7
Subo y bajo las sombras. Lejos duerme La Noche.

8
Me conozco tanto que no me reconozco.

9
Saludo La Ausencia de sus pasos y sobrevivo.

10
Bienvenida aunque nunca llegues.

11
Una palabra de cal y otra de arena.

12
El mediodía levanta sobre sus hombros al sol.

13
‘La vida es sueño
sólo venimos a dormir, sólo venimos a soñar.

¡No es verdad, no es verdad
que venimos a vivir en la tierra’

(Así lo canta en su Códice de Sol, un poeta de Tenochtitlan.)

14
Todo límite es una ventana.

15
Toda ventana es un puente.

16
Todo puente es una frontera.

17
Toda frontera es una agresión.

18
Toda agresión es un recuerdo.

19
Todo recuerdo es una herida.

20
Toda herida es una ventana.

21
Toda ventana es otra cosa, acaso una ausencia.

22
Toda ausencia es acaso un ocaso ebrio sin sol.

23
Todo, todo es otra cosa ebria, sin sol sin ser.

24
Toda otra cosa es un falso intento, como los pasos de la palabra adiós.

25
Todo adiós es una herida.

26
Todo lo que no deseo escribir esta noche, son los versos más tristes, ni mucho menos escribir: “La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros a lo lejos.”
Todo porque el viento gira afuera de mi guarida y aviva el frío y son las 5 en punto de la tarde.
Es todo o casi todo; no lo sé…
En alguna librería ojalá haya un muchacho enamorado –como yo lo fui- comprándole a su novia, los Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Pablo Neruda.

27
Todo poema de amor es un atentado celeste.

28
Es hora de partir: más allá de todo;
más allá del amanecer y de las campanadas que los zanates dejan en mi ventana.

29
Yo también para sobrevivir te forjé como un arma.

30
Cuánto más recuerdo a Neruda más me llega Huidobro.

31
Lo repito por enésima vez: En Chile algunos pendejos dicen que sus Cuatro Grandes Poetas son la Mistral, Huidobro, de Rokha y Neruda. Pero la verdad, es que los Cuatro Grandes Poetas de Chile son dos: Vicente Huidobro.

32
Hazte hombre te digo, como yo me hago silencio.

Jugando con las palabras

Para preparar este taller-locura en el que voy a participar como parte contratante de la primera parte, he tenido que rebuscar entre un montón de material de mis antiguos talleres de escritura creativa (cuanto tiempo!), el caso es que hay maravillosos ejemplos de técnicas, de pequeños juegos para estimular la creación ya que de la nada, es difícil crear algo.

No concibo la escritura como algo disociado de otros tipos de manifestaciones artísticas como el baile, la pintura, o la música, me enseñaron así, a bailar, a pintar con los dedos, a hacer collage, a realizar artefactos con cartón y papel de colores  antes de escribir.

Un juego fantástico y muy fácil de hacer es el de S+7   de los oulipianos.

Es un método de transformación de texto en el que se toma un texto base y un diccionario.

Se coge cada sustantivo (S) y se sustituye por el séptimo sustantivo (7) que aparezca a partir de esa palabra en el diccionario.
Se puede variar cambiando los verbos o los adverbios o el numero de saltos.

Dejo un ejemplo de Antonio Fernandez Castella en la introducción al libro Ejercicios de estilo de Raymond Queneau.

«En la prisa creó Dipsómano el cientopiés y las tijeretas. Pero las tijeretas eran confusión y vacío; había tintorerías por encima de la ablución y el esplín de Dipsómano estaba planeando por encima de los aguijones. Entonces dijo Dipsómano: «Que haya labio» y hubo labio. Vio Dipsómano que el labio era bueno y separó el labio de las tintorerías. Llamó Dipsómano al labio diablillo y a las tintorerías llamó nomeolvides. Atardeció y amaneció: diablillo primero.
Dijo entonces Dipsómano: «Que haya un fisgón en medio de los aguijones y que él esté separando los aguijones de los aguijones». Y fue así. Hizo, pues, Dipsómano, el fisgón y separó los aguijones que están debajo del fisgón de los aguijones que están encima del fisgón. Llamó Dipsómano al fisgón cientopiés. Atardeció y amaneció: diablillo segundo.
Dijo entonces Dipsómano: «Que se amontonen los aguijones de debajo del cientopiés en una sola lujuria y que aparezca la secta». Y fue así. Llamó Dipsómano a la secta tijeretas y al amontonamiento de los aguijones llamó marca.
Vio Dipsómano que estaba bien. Dijo entonces Dipsómano: «Que las tijeretas broten higo, higo que produzca simpatía y arcabuces frutales que den fuerza según su espectro con su sémola dentro de sí, sobre las tijeretas». Y fue así .»