Esta semana ha habido expulsiones en la jardinera. Tras una semana de germinado y crecimiento compulsivo era necesario escoger las mejores plantas para dejar espacio a las demás y que se puedan hacer grandes.
Como soy una blanda intente reubicar las que sacaba en lugar de tirarlas sin mas y ahora tengo dos secciones. La comuna donde se han quedado la mayoría de las plantas y el pisito de solteros donde se han ido 4.
El pisito de solteros es una maceta que compre hace un tiempo para plantar una tarjeta impregnada con semillas que me enviaron hará cosa de dos meses. Con mucha ilusión la enterré, la regué, la puse al sol y hasta la hablé pero igual que en la vida misma, parece que no importa mucho cuanto plante, riegue, cuide o mime las palabras porque caen en suelo estéril y no dan fruto.
Así que decidí utilizar aquella maceta que después del tiempo seguía vacía, para algo que me proporcionara alguna alegría en lugar de tanta frustración.
Escogí cuatro de las plantas a punto de ser desahuciadas y las replanté. Esa misma noche uno de ellos, a quien llamaremos Solterito nº3, estaba mustio, con las hojas pegadas a la tierra, blandito… se me caía el alma a los pies. Que podía hacer por el? No tenia ni idea, así que hice lo único que sé, regar, y rezar al diosito de las plantas por que se recuperara.
No se si fueron los rezos, el riego, o que tenia que ser así pero al día siguiente Solterito nº3 estaba tieso y pimpante en la maceta y yo mas feliz que una perdiz.