La vida es breve, pero algunos instantes son eternos. Indudablemente tengo un ramalazo católico, vivo en una comuna de católicos ortodoxos. Pero mi corazón canta como una vedette de los años sesenta. Unas veces, cuando era más sensata, mami, me llamabas egoísta; otras, cuando era
más original, loca. Así era castigada en mi lucha por la libertad. Gracias a ti, mami, ahora me da menos vergüenza desnudarme que confesarle a alguien que le amo.
Hoy, que he tenido cerquita un bebé os cuento un sueño que tuve el viernes pasado.
Estaba en un pueblo, uno muy cuidado, con calles empedradas y casas bonitas con fachadas de piedra, era de noche y los faroles estaban encendidos.
No sé muy bien que trajin nos traiamos porque estabamos subiendo y bajando por la calle apresuradas. Habia algunas de mis compañeras conmigo.
Entré a un bar con mesas grandes de madera y ahí estaba mi hermana con un bebé en brazos y me decía toma, llévaselo.
Yo lo cogí en brazos y me lo llevé hasta una casa con un balcón de flores, allí estaba una de mis compañeras, le tendí el bebé para que lo cogiese y le dije:
Tras todo lo sucedido el pasado fin de semana, el pequeño huracán que ha traido y que ha hecho que nos tambalearamos de alguna manera, comparto un texto de Jorge Benito ( Create&Share )
La conciencia de la abeja
Las abejas trabajan con sumo afán sin importarles que al final de la jornada la miel les sea sustraída de los panales. Ellas simplemente continúan haciendo lo que deben hacer con la máxima dedicación de la que son capaces.
Sigue adelante, entrega siempre tus dones. Está claro que habrá gente que tratará de quitarte lo que le ofreces al mundo sin otorgarle el valor que merece, pero eso no debe detenerte. Las actitudes abusivas e invasivas de los demás no son tu responsabilidad. Tú no eres el apicultor, sino la abeja.
Un día en el parque
Ha sido una mañana inolvidable
como todas las que pasan en un parque.
¿No serás tú? ¿No serás tú?
Quizás no importa el sitio y eso está de más.
Si de todos mis delirios y mis cuentos
sólo el tuyo ha mejorado el argumento,
¿no serás tú?, ¿no serás tú?
Quizás no importa el tema y eso está de más.
Ahora me escondo y te observo y te puedo decir:
Yo mataré monstruos por ti,
sólo tienes que avisar.
Ya hace algún tiempo salté y caí justo aquí.
Aquellos safaris sin fin
se esfumaron sin avisar.
Hoy lo he vuelto a notar,
cada nube es un plan,
se transforma al viajar
y no pesa y se va.
Somos nubes, no más.
Como hojas que danzan al viento,
así nos elevará el tiempo y nos hará rodar
y rodar y rodar y rodar y rodar …
Como hojas que danzan al viento,
así os recogerá el tiempo y os hará rodar
y rodar y rodar y rodar y rodar …
Como hojas que danzan al viento,
así os recogerá el tiempo y os hará rodar
y rodar y rodar y rodar y rodar …
Como hojas que danzan al viento,
así os recogerá el tiempo y os hará rodar
y rodar y rodar y rodar y rodar …
Nunca hay final, no hay final,
no es verdad, es verdad.
Nunca hay final, no hay final,
no es verdad, es verdad.